el futuro no existe
te confunden las líneas de fuga
tronco de cono y ladrillo
que desliza el canon de esperanza
con pintura de promesas
la oblicua diligencia del verdugo
sin mirar a los ojos dice nada
en obstinada recta
que apremia a paso lento
robando latidos a destajo
yo estuve allí, no era una fábrica
la chimenea de noventa y seis metros
ocho en la base y cuatro en la cima
vomitaba humo gris y olor a chamusquina
crematorio de una playa con perspectiva
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