os cuento la historia de un anónimo
que cambio el resto de su tiempo
por un día de músico con condiciones
virtuosismo frente a graves augurios
de educación ciudadana libre por decreto
sin embrujos de corazones sumisos
sonido fuerte que pone razón
ante el horizonte de escuelas raptadas
por conciertos privados
miles de millones de timbres
que derriban muros y funden cerrojos
y cada cual se construye
se inundó la tierra en esa melodía
hasta el más remiso la oyó por segundos
el anónimo despertó, sólo fue un sueño
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