jueves, 4 de octubre de 2012

Diez sin mandamientos


I  Prólogo

La escritura casi mecánica, según las fuentes más heterodoxas
se rige por un decálogo...

No debe recibir influencias de nada ni de casi.
Debe ser honesta sin mecánica.
No hiere a las personas queridas ni a las próximas que son más de nueve.
El décimo se encierra en sí mismo, sin que nadie ordene.

Se aísla en la cueva de un monte pelado
hace ayuno durante un tiempo breve sin penitencia,
sin pestañear, rumia en epojé
sale lo que sale.

Unas veces sin querer y otras
efectos de infartos de afectos
un té negro con canela
y la diez.


II  Logo y epílogo por si no aguantas

con lo que he recibido
y a veces cobarde  me lanza poeta y escribe,
no hace, no calla
debería desaparecer  fulminado por un rayo adivino, no divino

comenzaré de nuevo volveré a Catulo
y después... quién sabe
iré a clase de baile, haré mis canciones
cómplice con glorias terrenales


III  La maratón de los infelices

ahí viene, se ve la polvareda a lo lejos  
indiscutible es el último y además viene solo

vamos a él, le preguntamos
¿usted por qué corre? ¿de quién huye? ¿a dónde va?

todas las preguntas, todas las respuestas
en el viento

del proselitismo qué dice,
de atraer a su corral ¿cómo andamos?  ¿hay progreso?

sigo en el kilómetro cero, la autogestión no me lo permite,
así que cada cual mastique la coca de su altura
retorne a su valle
luego a compartir que es bello

y para terminar
¿cómo se sintió en el último tramo?

la incomunicación rompió cosas
no hubo convulsiones
           los correos del desierto aliviaron la tarde


IV  ¿Qué tendrán algunas nubes?

veo el mar desde la cama
la nube me atrapa, congelo la imagen
quisiera ser humo y el humo duende
y el duende tacto

romperlo todo salir corriendo
a buscar que están los cuerpos
el frío el calor
los miedos frente a frente

recorrer la geografía
descubrir cada lunar cada pliegue
palpar la nuca el hombro  la espalda
regalar...  sonrisas carcajadas

viene cargada... debo soñar
herida de humedad rota... debo parar
a punto de rocío... debo callar
pero no quiero, el chaparrón no hay quien me lo quite


V  Me alegro

cierro los ojos delante de los suyos
a la puerta de pasar página sin pasar
recuerdo el momento
la historia que quieras
eran cuatro, una y dos y una y cinco
la primera inconsciente
la y dos demasiado seria, como yo
menos una un tanto loca
la otra sin palabra
luego cinco que eres tú,
a la una y treinta desperté
soñaba que nadie vivía la vida por ti
que nadie se entrometía en tu amor
que eras libre
yo
me alegré


VI  Otra vez la música

los afectos
acuden todas las tarde
cuando el último pajarillo se recoge
y el horizonte dibuja
azules morados violetas y rosas
te clava un fino estilete
que te deja más blanco que la leche
y más seco que la mojama
entonces me da sed y bebo
consuela el ladrido del perro
oigo a Schubert
me sereno
hasta mañana


VII  Me duele

me duele pensar que pueda herir a alguien
aunque sólo sea un  segundo

con cincuenta y nueve años sigo creyendo
en la cooperación en el amor y en la paz sin ausencia de tensiones

una vez más aprendo
que nunca acabo de aprender

volveré a leer el ensayo sobre la ceguera
hay que poner orden en la retina

lo mejor es destilado
le llamo amor

no me gustan los que dicen
el asfalto que lo pongan otros yo voy en coche

la sensibilidad es ignorante bruta y egoísta
solo piensa en ella, zarandéala de afecto

decía que no se puede ser amigo de alguien a quien no has abrazado
de esa forma que luego ya no te olvida,  ¿o sí?,  !sí¡


VIII Sin fórmulas magistrales

las hay que hola eco en la distancia
de mano alzada y pies volando
que abrazan diciendo  formas
otros  prefieren muases de capricho
yo
primero te daré la mano a descubrir tus pliegues
después un abrazo a fundir el universo
pero debo besarte, !eres la VIDA¡


IX Te regalo esta nube


X Si alguien ha llegado hasta aquí tiene mérito










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